martes, 1 de octubre de 2013

INTELIGENCIAS MÚLTIPLES EN UN ENTORNO NATURAL DE APRENDIZAJE

Vivimos una intensa revolución tecnológica. Por ejemplo, hace aproximadamente  23 años que usamos los teléfonos móviles, 18 años que empleamos ordenadores con Windows y  navegamos por internet, 6 años que nos relacionamos por Facebook, y 5 años que hacemos “de todo” con los smartphones o teléfonos inteligentes. Realmente, nuestros hijos e hijas no podrían imaginarse cómo era el mundo antes de todos estos cambios, ellos son “nativos digitales” y nosotros somos “inmigrantes digitales”. Los inmigrantes hablamos con acento, nos cuesta entender y por tanto expresarnos digitalmente.

Sin embargo, la educación en general, apenas ha hecho nada para adaptarse al nuevo perfil de alumno que son. Así como un científico, un soldado o un médico del siglo XIX sería incapaz de manejarse en un laboratorio, un campo de batalla o un quirófano actual, un profesor sin embargo no tendría ningún problema en adaptarse, situarse ante la pizarra, tiza en mano, y rememorar la conocida frase de Fray Luis de León: “Como decíamos ayer…”

Los jóvenes son el futuro, está claro, pero aunque no es mucho lo que sabemos acerca del futuro, sí que podemos asegurar que será muy diferente del presente y que los conocimientos vigentes actualmente pronto estarán obsoletos. Hace no mucho tiempo, era habitual que un joven aprendiese una serie de habilidades que con seguridad le servirían para desempeñarse durante toda su vida. Las cosas han cambiado mucho. Necesitamos un enfoque diferente para preparar a los jóvenes actuales para un mundo donde la mayoría de los profesionales realizan trabajos que ni siquiera existían cuando nacieron. Hay una estadística que señala que en los próximos diez años, el 80% de las tecnologías utilizadas hoy en día serán obsoletas y que en promedio, un ciudadano medio de nuestra generación se desempeñará en al menos 12 trabajos diferentes a lo largo de su vida. Hoy necesitamos licenciados que sepan desempeñase en campos que NO han aprendido, en profesiones que no existían cuando estudiaban. Lo que debe hacer la educación es prepararlos para enfrentarse a  un mundo que va a ser diferente al que conocieron en el colegio y en el que van a tener que ser innovadores, creativos y emprendedores más que ejercer conocimiento.


Pero además de mirar hacia el futuro, le educación debe analizar sus resultados actuales, reflexionando e intentando dar una solución. En España, existe una tasa de abandono escolar notoria: casi 3 de cada 10 chicos, y 2 de cada 10 chicas, abandonan; pero si además se analizaran los alumnos que tienen muchas dificultades para graduarse, o los que simplemente aprueban y pasado el examen recuerdan más bien poco de lo estudiado, el panorama sería peor con toda seguridad. No hay dos alumnos iguales y la escuela tiene que educar de manera personalizada a cada uno, facilitando que saque lo mejor de sí. Desde que en 1983, Howard Gardner postuló la Teoría de la Inteligencias Múltiples, afirmando que todos tenemos ocho inteligencias diferentes, se abre como consecuencia, una manera nueva de enfocar la educación personalizada, una educación que ha conseguido mejoras en un 78 % de los alumnos con dificultades de aprendizaje, mejoras de disciplina en un 81 % de los casos, mayor participación de los padres en la escuela en un 80 %, además de minimizar los problemas de conducta, incrementar la autoestima, desarrollar las habilidades de cooperación y liderazgo, aumentar enormemente el interés y la dedicación al aprendizaje, e incrementar un 40 % el conocimiento. Desde esta educación se atiende a las ocho inteligencias: lingüístico-verbal,  lógico-matemático, cinético-corporal, naturalista, musical, viso-espacial, interpersonal e intrapersonal.

Es evidente que si tenemos ocho inteligencias debemos intentar desarrollarlas, pero también resulta evidente que cuanto más natural sea el entorno de aprendizaje, mejores resultados se obtendrán. Los niños aprenden a hablar en su familia, sin que nadie tenga que hacer ningún esfuerzo especial por enseñarles. ¿Por qué entonces nos empeñamos en intentar enseñar los conocimientos en asignaturas estancas, acaso el mundo real está separado en historia, geografía, matemáticas? ¿Y por qué fomentamos en las clases la competencia y el individualismo?, cuando está claro que en la realidad laboral presente y futura es imprescindible la cooperación y el trabajo en equipo. ¿Y no es lo habitual que interactuemos con nuestro entorno, que tengamos un papel activo? Pues entonces ¿por qué hay estadísticas que dicen que en una clase presencial un alumno, en promedio, hace una pregunta cada 10 horas, y que casi el 70% del tiempo de clase lo consume el profesor hablando a los alumnos? Unas alternativas efectivas a esa educación en la que se fomenta mediante asignaturas estancas lo competitivo, individualista y pasivo, es el Aprendizaje Cooperativo y el Aprendizaje por Proyectos.


Debemos ofrecer la mejor educación, una educación que prepare a nuestros alumnos para su futuro, fomentando su creatividad e innovación, mediante una metodología que se apoye en su entorno natural haciendo uso de las tecnologías actuales, que busque la excelencia de sus capacidades personales de manera individualizada teniendo en cuenta sus inteligencias múltiples. Una educación que a través del aprendizaje cooperativo y del aprendizaje por proyectos,  impulse un aprendizaje duradero y profundo, a la vez que desarrolla las habilidades sociales y la inteligencia emocional, tan importantes para desenvolvernos con éxito en el entorno laboral y nuestra vida en general. 

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