Ya en el año 2011, comenté en mi publicación
de TFM “Aplicación
de la teoría de las inteligencias múltiples en un aula”, en la pág. 22, lo
siguiente: “Por otro lado, se ha
apreciado en estudios de los consultados, que apenas se tiene en cuenta que la inteligencia naturalista incluye poder
reconocer y clasificar objetos artificiales del entorno, y no sólo
especies de la naturaleza. Una persona capaz de reconocer y clasificar los
numerosos modelos de coche, tiene desarrollada la inteligencia naturalista.
Este error quizás se deba a no haber consultado en estos estudios bibliografía
más actual sobre la teoría de las IM, o por confusión del término “naturalista”
que les lleve a centrarse en lo vivo o creado por la naturaleza, dejando de
lado lo creado por lo humano”.
Recientemente he tenido ocasión de percibir
que se sigue cayendo en esta confusión, que creo importante, a la hora de
trabajar la inteligencia naturalista, es por ello que he revisado los libros
que leí de Howard Gardner y Thomas Armstrong, y he transcrito aquí unos párrafos
para arrojar luz sobre este tema:
- Pág. 71 del libro “La inteligencia reformulada” de Howard Gardner: “Por otra parte, parece razonable suponer que las capacidades de un naturalista también se pueden aplicar a objetos artificiales. El niño pequeño que puede distinguir fácilmente entre plantas, aves o dinosaurios se basa en las mismas aptitudes (o en la misma inteligencia) cuando clasifica zapatillas deportivas, automóviles, equipos de sonido o canicas”
- Pág. 72 del libro “La inteligencia reformulada” de
Howard Gardner: “De hecho, ciertas capacidades sin
aparente relación con las anteriores -como identificar automóviles por el
sonido del motor, detectar pautas nuevas en un laboratorio científico o
distinguir estilos artísticos- se pueden basar en mecanismos que
evolucionaron a causa de su eficacia para distinguir las plantas, las
serpientes o las bayas tóxicas o venenosas de las que no lo son.”
- Pág. 133 del libro “La inteligencia reformulada” de
Howard Gardner: “Por ejemplo, estoy convencido de que los mecanismos relacionados con el
reconocimiento de otras especies ahora se emplean para reconocer productos
comerciales.”
- Pág. 20 del libro “Inteligencias múltiples en el aula”
de Thomas Armstrong, con prólogo del mismísimo Howard Gardner: “Inteligencia
naturalista: Facultad de reconocer y clasificar las numerosas especies de
flora y fauna del entorno. También incluye la sensibilidad hacia otros fenómenos
naturales (formaciones de nubes o montañas) y, en el caso de los individuos criados en un entorno urbano, la
capacidad de distinguir formas inanimadas como coches, zapatillas
deportivas o cubiertas de discos compactos.”